El fácil mantenimiento de los suelos de cerámica hace que nos relajemos un poco con su limpieza; aquí te daremos unos trucos para que siempre luzca como recién aseado
El suelo de cerámica gana cada vez más adeptos, puesto que es un material resistente, ofrece diseños variados, colores para todos los gustos y, como si fuera poco, requiere bajo mantenimiento y soporta alto tránsito.
Sin embargo, cuando un suelo de cerámica no se limpia bien, las juntas que unen las baldosas se tornan oscuras y el lugar adquiere un aspecto lóbrego y poco higiénico. Eso lo podrás evitar con los trucos para limpiar el suelo de cerámica que te daremos a continuación, ideados por nuestros expertos de Claros Servicios de Limpieza.
Una vez que han instalado el suelo de cerámica en tu hogar u oficina, debes dejar transcurrir cinco días, como mínimo, para que las juntas sellen bien. El día de la primera limpieza, el principal trabajo es barrer toda el área con una escoba de púas duras; también hay quienes pasan una esponja metálica diseñada especialmente para retirar los excesos de estuco sin rayar las piezas. Una vez cumplido este proceso, que se realiza en seco, se puede pasar el coleto o la fregona que terminará de desprender los residuos, gracias a su humedad.
Por mucho que algunos sabihondos te sugieran utilizar la espátula para remover excesos del material utilizado para pegar la cerámica, no aceptes esas ideas. El daño que puede causar una espátula o cualquier objeto filoso a una baldosa de cerámica es irrecuperable. Lo peor de todo es que, si no guardaste una pieza de repuesto, te tocará mantener la cerámica rayada en su lugar, aun cuando afee todo el conjunto. Si optas por sustituirla, busca asistencia profesional para no afectar el resto de baldosas colocadas y firmes.
El brillo sin igual de una baldosa de cerámica puede quedar arruinado si utilizas abrasivos para limpiarlo. Aunque la pieza sea mate, tiene un recubrimiento que queda devastado si se utilizan abrasivos. No intentes compensar el daño causado por un abrasivo agregando cera para pisos, pues el efecto será terrible. Por una parte, la cera formará una especie de cobertura en las juntas entre las piezas que facilitará la adherencia de polvo y otras partículas, con la consecuente formación de manchas grises en cada grieta. Además, la cera hará que el piso se torne resbaladizo y más proclive a generar accidentes de trabajo o domésticos, según el lugar donde se encuentre el piso de cerámica.
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